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 ARTSTATEMENT

La sensación de vivir «entre», de habitar un espacio neutro en medio de dos opuestos simultáneos y de existir entre intervalos objetivos y subjetivos es el foco central de mi trabajo junto con el tema de la violencia de género, la mujer que se sitúa en ese intervalo entre antes y después del trauma. Interior y exterior, cuerpo y alma, materia y energía, presencia y ausencia, figura y no figura conviven en tensión en un espacio-tiempo utópico, hermafrodita, sincrónico y espectral que es, a su vez, el justo intermedio que permite el equilibrio entre el dolor y el aparente no dolor que se halla presente en todo mi trabajo.

 

El vestido, la ropa interior, el tejido son símbolos y representación tangible de ese intervalo entre lo interior y el exterior, entre aquello que no queremos mostrar y lo que evidentemente mostramos. Cubren y descubren, protegen y exponen. Actúan de barrera para las emociones y al mismo tiempo las comunican claramente hacia el exterior. Desprovistos de un cuerpo que los sostengan se convierten en cuerpo-vestido, cuerpo-ropa, espectros de tejido que son huella y rastro y al mismo tiempo tienen vida propia. La ropa interior es esa frontera-intervalo entre lo íntimo y lo expuesto, la pureza y el sexo, lo violento y lo vulgar frente a lo puro y pacífico. El cuerpo como la tumba del alma, como decía Platón, o el individuo en el medio, en ese intervalo entre dualidades, res extensa y res cogitans de las que nos hablaba Descartes.  La mujer en ese espacio entre el dolor de la violencia física o psicológica ejercida sobre ella frente a la pureza de la sanación.

 

Del mismo modo la técnica refleja ese intervalo entre lo que es y lo que parece ser. Porcelana, cerámica, que no es. Tejidos que no son. Resinas que ocultan y muestran lo contrario de lo que aparentan ser. Fragilidad y fortaleza. Handle with care.

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